Conducir después de tomar alcohol, una infracción que siguen cometiendo los caleños

Las sanciones a los conductores bajo efectos del alcohol aumentaron en un 10 % en Cali.



Los conductores caleños siguen cometiendo una de las imprudencias más graves en la vía: manejar bajo los efectos del alcohol. Y a pesar de que en el país rigen fuertes sanciones económicas para quienes deciden asumir el riesgo de conducir alicorados, las multas no parecen ser suficientes para disuadir a los irresponsables.

Y es que el presente año ha dejado un balance negativo en cuanto a las sanciones que se han impuesto por esta peligrosa costumbre. 

Según el Observatorio de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible, entre el 1 de enero y el 31 de julio de este año se sancionaron 336 personas que iban alicoradas y al volante. Esta cifra da cuenta de un incremento de 31 multas si compara con el mismo periodo del 2017, cuando fueron sorprendidos 305 conductores en este mal comportamiento en la vía.

De acuerdo con Juan Carlos Orobio, secretario de Movilidad de Cali, el comportamiento de los conductores que optan por manejar ebrios es preocupante por la incidencia que esto tiene en la accidentalidad. 

“Este es un tema cultural que debemos trabajar más porque la responsabilidad al conducir conlleva no mezclar licor. El alcohol es un elemento que merma nuestra capacidad de reacción, es necesario que eso lo interioricemos, porque el tema va más allá de la sanción y hay que generar conciencia ciudadana. Lastimosamente los caleños piensan que ingerir alcohol no afecta sus capacidades, lo cual no es cierto, y solo cuando son sancionados es que empiezan a respetar la norma”, dijo. 


Según la Secretaría de Movilidad Municipal, en el 2015 se impusieron 674 sanciones por este mal comportamiento; un año más tarde la cifra de sancionados se redujo a 647 multados, mientras que en el 2017 se reportaron 548 comparendos.

El funcionario explicó que desde el año pasado se incrementaron los operativos para ponerle coto a los borrachos en la vía. “El cuerpo de agentes viene realizando cada vez más pruebas de alcoholemia, especialmente en las madrugadas; pasamos de hacer 2000 pruebas al mes a 5000 de estos test de embriaguez. Durante el último mes, de esas 5000 pruebas dieron positivo poco menos de 100”, apuntó Orobio.
Cabe recordar que las sanciones para quienes conduzcan vehículos con alcohol en el organismo varían en costo y severidad, teniendo en cuenta el grado de alcoholemia. Las multas oscilan entre $2.343.690 y $37.499.040 y contemplan desde la suspensión temporal hasta la cancelación definitiva de la licencia de conducción. 

Pero, ¿qué tan efectiva ha sido la ley 1696 del 2013 para sacar de las vías a los borrachos al volante en Cali?

Desde el 1 de enero del 2013 -la ley 1696 empezó a regir el 19 de agosto de ese año- hasta el 31 de julio del presente año en la ciudad se han suspendido 4249 licencias de conducción y se han cancelado 296 de estos documentos a personas que fueron sorprendidas manejando luego de haber ingerido licor.

Para el Secretario de Movilidad la reglamentación “ha permitido reducir la cantidad de personas que conducían embriagadas. Uno lo ve por las noches porque hay una mayor disposición a tener conductores elegidos, a llegar en medios alternativos de transporte a disfrutar de una fiesta y ya no hay tantos eventos de ebriedad. Hay más respeto por la norma”.

En este punto coincide el abogado especialista en derecho de tránsito Víctor Hugo Vallejo, quien afirmó que más allá del aumento de las multas durante este año, el comportamiento general “es muy bueno”. 

“El crecimiento en la estadística de los comparendos puede tener su raíz en tres razones: el aumento del parque automotor, el aumento poblacional y el incremento en los controles y vigilancia. Pero la gente ahora se cuida mucho para consumir licor cuando está conduciendo y prefiere dejar el carro en casa, eso es algo que antes no ocurría”, puntualizó el experto. 

Si bien Vallejo destacó que se ha tenido impacto en alejar de las vías a los conductores que han tomado bebidas alcohólicas, indicó que uno de los retos es lograr hacer efectivos los pagos de las sanciones económicas. 

“Hoy, en Colombia solo se ha pagado el 1 % de las sanciones impuestas, dado que las multas tienen un costo sumamente elevado y para cualquier persona es oneroso pagarlo. El Estado tiene herramientas de cobro coactivo, pero para ello debe tener la suficiente información que le permita conocer el patrimonio de los infractores; esto es algo que se deberá hacer eventualmente”.

Entre tanto, Daniel Solórzano, director de prevención vial del Centro de Experimentación de Seguridad Vial, Cesvi, señaló que “es preocupante que se presente un incremento del 10 % en los comparendos, porque es incomprensible que todavía haya personas que se atrevan a consumir licor y salir a manejar aún sabiendo que los controles y las sanciones son mucho fuertes, aunque podrían ser más drásticos. Aquí juega mucho lo cultural y estas faltas a la norma se deben atacar con mayor sensibilización”.

Solórzano añadió que a medida que aumenta la ingesta de licor va disminuyendo, proporcionalmente, el nivel de habilidad al volante. “Con tan solo una cerveza se aumentan mucho los tiempos de reacción, de maniobrabilidad y concentración de los conductores y esto incrementa las posibilidades de ocurrencia de accidentes de tránsito”.

Comentarios

Entradas populares